Un equipo de campeo­nes

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40 años de Bundesliga bajo la cruz del Bayer 04: el hecho de que el Werkself lleve cuatro décadas jugando entre los mejores del país, tiene que agradecérselo al equipo que en 1979 arrasó en la segunda división del grupo norte, dejando casi en ridículo a los favoritos. Echamos la mirada atrás para repasar una temporada excepcional y el equipo que catapultó al Bayer 04 a la Bundesliga.

El día que después sería el más feliz de toda su carrera como dijo él, comenzó para Wilibert Kremer con gran enfado. Cuando el autobús del Leverkusen llegó al estadio el 13 de mayo de 1979 para el partido contra el Uerdingen, no podìa creer lo que estaba viendo. Junto al campo del hoy llamado Ulrich-Haberland-Stadion habían preparado todo para una gran fiesta. "Diez puesto habíamos montado, carpas, puestos de salchichas, 3.000 litros de cerveza gratis, todo para celebrar el ascenso con los seguidores", dice Heinz Heitmann, el mánager del Bayer 04 en aquel entonces, que se sigue riendo cuando cuenta esta anécdota. "El problema solo era que no le dijimos nada a Wilibert, porque él no quería eso para nada".

Dado que el entrenador era una persona cuidadosa y algo supersticioso, no le gustó nada lo que vio. "Quedaban cuatro jornadas, solo nos hacia falta un punto más y jugábamos contra el segundo. Todos sabemos lo que puede pasar en una situación tan tensa. Tuvo que desahogarme y exploté", dice Kremer. Ahora, después de tantos años, ya se ríe de ello.

 

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Al principio la suerte no acompañó al equipo: Tampoco Thomas Hörster (medio) logró anotar al Uerdinger.

Pasaron muchas cosas en este partido, algo que Kramer ya se olía. 15.000 espectadores, lleno total, un sol abrasador: tan solo un punto le faltaba al Leverkusen para subir a la Bundesliga. No obstante, estas ilusiones fueron destrozadas rápidamente con el gol de penalti de Friedhelm Funkel que adelantó al Uerdingen. Tan solo media hora más tarde el ahora entrenador del Fortuna Düsseldorf aumentaba las distancias poniendo el 0-2 (34'). Los hinchas del Leverkusen se sentían como que les habían robado y estaban enfurecidos. Descargaron toda su rabia con pitidos hacia el árbitro mientras éste se marchaba en el descanso al vestuario. Cuando tras una hora de partido el aguafiestas Uerdingen marcó el 0-3, parecía que definitivamente había que posponer la fiesta de Bayer 04. "Para nosotros estaba claro que esto se había acabado", cuenta el capitán Dieter Herzog, campeón del mundo de 1974, que vivió un renacimiento deportivo en esa temporada a sus 32 años.

El centrocampista Klaus Bruckmann logró acortar distancias con su gol número 13, pero la defensa del Uerdingen compuesta entre otros por Paul Hahn y el portero Manfred Kroke no dejaban pasar ni a los jugadores del Bayer 04 ni al balón. Pasaban los minutos y el Leverkusen trataba de forma desesperada penetrar la defensa rival. Aunque derrepente esto cambió cuando Matthias Brücken a diez minutos del final puso el 2-3 de cabeza. El estadio se volcó con el equipo volviendo a tener la esperanza de lograr el objetivo. 

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De volea: Matthias Brücken (derecha) anotó contra Hahn y el portero Kroke para poner el 3-3.

Ataque tras ataque el equipo intentaba igualar el encuentro, el Uerdingen contaba los minutos para el final. A cinco minutos del final toda la tensión se descargó en forma de extasis. El goleador Matthias Brücken todavía 40 años más tarde se acuerda perfectamente de la escena. "Dieter Herzog pone un centro desde la izquierda y yo le pego de volea y el balón entra", dice el goleador de aquel entonces. 3-3, el Leverkusen lo había logrado. ¡Bundesliga, allá vamos! "No podíamos permitir que se volvieran a llevar todos esos barriles de cerveza", dice Dieter Herzog. Poco después los héroes del ascenso dieron la vuelta al estadio. Wilibert Kremer fue llevado a hombros por sus jugadores, mientras que en los puestos de cerveza entre los hinchas solo había un lema: ¡Arriba las jarras!

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Con los pies en la tierra entre todo el éxtasis: el presidente del equipo, el Dr. Jürgen Schwericke (derecha), en medio de las celebraciones.
Nadie contaba con nosotros y derrepente arrasamos en la liga como el diablo

Para el Bayer 04 el 13 de mayo de 1979 fue una triunfal final de una temporada increíble y con un transcurso totalmente inesperado. "Nadie contaba con nosotros y derrepente arrasamos en la liga como el diablo", dijo una vez Willibert Kramer. La clasificación como 35º equipo para la Bundesliga desde que se fundó en 1963 fue más bien "un accidente laboral positivo" como dijo Reiner Calmund un día. El hecho de que sucediera en el 75 aniversario del club, fue la guinda en el pastel.

Todo el que se interese por este episodio del club tiene que comenzar por la fase final de la temporada anterior. Tras haber quedado en los puestos 14 y 10 en la dos primeras temporadas en la segunda división del grupo norte, el Bayer 04 en la temporada 1977/78 ocupaba el décimoquinto lugar en la jornada 33 de 38 a tan solo tres puntos de un puesto de descenso. Pero el final de temporada les salió muy bien al Leverkusen. 2-1 contra el Tennis Borussia Berlin, 2-3 en casa del Union Solingen, 1-0 contra el Preußen Münster, 1-3 en Hannover, 2-1 contra el Schwarz-Weiß Essen. Tras estas cinco victorias seguidas el equipo terminó la temporada octavo.

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Todavía no sabían la temporada que les esperaba: la plantilla del Bayer 04 para la temporada 1978/79.

Para el entrenador Willibert Kremer las causas eran claras: "Es importante que el grupo se mantenga unido. El equipo ha demostrado en las pasadas semanas lo unidos que están como equipo". Si uno se fija en las alineaciones de las últimas jornadas de la temporada 1977/78, es casi igual que el once del ascenso del año siguiente: Bockholt – Gelsdorf – Klimke, Posner, Scheinert – Ziegler, Bruckmann, Hörster, Gniech – Herzog, Brücken.

Tan solo tres jugadores nuevos llegaron para la siguiente temporada: el delantero Peter Szech, un estudiante de ingeniería industrial, que había marcado 22 goles con el VfR Neuss. El centrocampista Klaus Schulze del OFC Preußen Berlin, profesor de matemáticas y deporte y el defensa Willi Korth del SW Essen. Además se unió de la cantera (a parte de Klaus Meul) Harry Gniech, algo así como un talismán de la suerte para el club, después de que en la fase final de la temporada anterior estuvo en el once en los cinco partidos que ganaron.

En aquellos años Willibert Kremer era más que solo un entrenador y se encargava de casi todo en el club. Él mismo describió la condiciones en aquel entonces de la siguiente manera: "Todavía no tenenías un campo de entrenamiento en condiciones, solo un trozo de césped con muchos agujeros y sin valla alrededor. Nuestros juveniles nisiquiera tenían camisetas para todos. Yo mismo iba con el coche y recogía a los jugadores". Por cierto, Kremer también contrató un tutor para la cantera: Reiner Calmund.

¡Solo tenemos una meta y se llama éxito!

A todas las improvisaciones se le puede añadir perfectamente la preparación en verano de 1978 llena de desastres. Se tuvo que suspender la concentración de verano poco después de haber llegado, debido al mal tiempo en Herzogenaurach y las malas condiciones del campo. Los mismo con la opción B que escogieron, pero que tampoco se libró de las fuertes lluvias. El resultado: el Bayer 04 tuvo que marcharse a entrenar a un campo de hierva de la Bayer AG cerca de las antiguas piscinas Carl-Duisberg al lado del jardín japonés en la Kaiser-Wilhelm-Allee. Por ello los responsables del Bayer 04 tampoco quisieron apostar muy fuerte antes de la temporada. "Calculo que terminaremos en el medio de la tabla", dijo Hermann Büchel mientras que el entrenador Willibert Kremer se mantenái discreto con predicciones: "Solo tenemos una meta, éxito".

En el comienzo de temporada el 29 de julio, el Leverkusen estuvo muy atento, a pesar de que el calendario les había dado la tarea más difícil fuera de casa. Les tocaba jugar contra el Fortuna Köln, un equipo que todos veían como máximo aspirante al ascenso. Aunque la inauguración del Südstadion no fue como ellos se lo habían imaginado. Harry Gniech y Jürgen Gelsdorf anotaron el uno y el dos a cero. Tras recortar distancias el Colonia a manos de Karl-Heinz Mödrath, diez minutos después Matthias Brücken respondió con el 1-3 final. ¡Zasca! Victoria al Colonia y toda la liga impresionada con este equipo. Tan solo Willibert Kremer enseguida puso freno a la euforia: "Quiero advertir a todos antes tanta euforia. El año anterior también comenzamos bien con un 1-3 en Bielefeld, parar después acabar como acabamos".

Después tocaba periodo con dos partidos entre semana y dos victorias. 5-2 contra el Tennis Borussia Berlín y un 3-0 contra el Arminia Hannover. El próximo pasito hacia el ascenso lo dieron en la cuarta jornada contra el Holstein Kiel. Un momento clave según Willibert Kremer. El Arminia se adelantó y el Leverkusen tuvo suerte en haber recibido más goles. Pero después de una hora, Norbert Ziegler puso el empate y poco antes del final, Brücken anotó el gol de la victoria. "Es un gol tan espectacular como el de Lothar Emmerich en el mundial de 1996 contra España", dijo Kremer. "Derrepente teníamos ocho puntos y poco a poco la cosa marchaba".

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Formaban un gran dúo en ataque: Matthias Brücken (derecha) y Peter Szech.

Para entonces ya se podían ver claramente dos cosas: El Werkself comenzó a tener una metalidad ganadora y a parte de la calidad del equipo tenía un gran dúo en ataque en forma de Szech y Brücken. "Matthes era el jugador perfecto para salir desde el banquillo", dice Kremer. "Entraba en el campo y enseguida estaba al cien por cien". Al final de la temporada Brücken había marcado 23 goles y Szech, que falleció en 2014 a los 60 años en un accidente de moto en Tailandia, alcanzó los 15 goles.

Como tarde en la jornada siete se pudo ver que también los seguidores se daban cuenta del subidón del equipo. Sobre todo en el partido en casa del viernes noche en la victoria por 3-0 contra el St. Pauli ante 12.000 espectadores en el Haberland-Stadion. Tras la victoria por 4-1 en casa del Viktoria Köln en la jornada ocho, el Bayer 04 era el único de 58 equipos en el fútbol profesional en Alemania sin haber perdido ni un solo punto. Harry Gniech, que jugó su primer partido el 29 de abril de 1978 contra el Tennis Borussia, demostró ser el talismán de la suerte que le decían los aficionados. 13 veces que estuvo en el once inicial, 13 veces que el Leverkusen ganó.

En la décima jornada el Bayer 04 por primera en esa temporada no abandonaba el terreno de juego como ganador. 1-1 fue el resultado tras los 90 minutos contra el Union Solingen. Willibert Kremer no se preocupó demasiado por el reparto de puntos: "No hemos jugado muy bien, pero el equipo tampoco ha cometido un crimen". No solo el entrenador, también el equipo se lo tomó con calma. Pocos días después el Werkself arrasó con el Rot-Weiss Essen con un 4-0. 15.000 seguidores fueron testigos de una gran actuación de su equipo. Jürgen Gelsdorf dijo el por qué de esta gran actuación: "Los aficionados nos dan energía. Es una gran diferencia si juegas ante 2.000 o antes 12.000 hinchas".

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La locura de Münster: Norbert Ziegler, que vio la tarjeta roja, cosnuela a Hans-Jürgen Scheinert que también fue expulsado (izquierda). El entrenador Willibert Kremer tuvo que ver el partido con escolta policial..
Jugaba el tercero contra el primero, pero el árbitro fue de lo peor

Las dos tareas más difíciles en la primera vuelta las superaron sin problemas los jugadores del Leverkusen. Además fuera de casa. En el partidazo de la jornada 14 en casa del tercer clasificado, el Preußen Münster, el Bayer 04 no se dejó irritar tampoco por los 25.000 hinchas que tenía en contra y robó un importante punto con un empate a cero. Lo que si que impresionó e irritó a los jugadores fueron las cuatro tarjetas rojas en los últimos 25 minutos de juego. Dos para el Münster y dos para Norbert Ziegler y Jürgen Scheinert. Además, Willibert Kremer, que había entrado corriendo al campo tras una dura entrada, fue expulsado por el árbitro de la FIFA, Jan Redelfs y tuvo que ver el resto del partido escoltado por la policía. 

Dos semanas después en Uerdingen continuó la racha de imbatidos. El 0-0 sobre todo se debió a las grandes paradas de Fred Bockholt. Al final de la primera vuelta el Leverkusen seguía rompiendo récords. Nunca antes un equipo profesional alemán habido lograr quedar imbatido en 18 partidos en una sola temporada. 

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Mayor victoria: Klaus Bruckmann anota de penalti el 8-1 contra el Rot-Weiß Lüdenscheid.

El 21 de febrero de 1979 llegó a su fin una gran racha. El Bayer 04 cayó derrotado ante el Fortuna Köln en el primer partido de la segunda vuelta (1-2). Era la primera derrota tras 20 partidos en liga sin perder en esta temporada. Sumando la temporada anterior incluso 28 partidos y 304 días. Debido a varios aplazamientos de partidos, hasta el 10 de marzo el Bayer 04 tan solo había jugado tres partidos en el nuevo año y tenía cuatro partidos aplazados por disputar aún. Pero tampoco esto le afectó al Werkself. Tras 5 partidos en 14 días (1-1 en casa de St. Pauli, 1-1 contra el Herne, 2-0 contra el Viktoria Köln, 1-3 en Osnabrück y 1-2 en Wanne-Eickel) Willibert Kremer se la jugó un poco: "Si no somos muy torpes, el ascenso es inevitable".

Otros resultados claves para alcanzar la Bundesliga fuero en 3-3 em casa del Rot-Weiss Essen y la mayor victoria de la temporada (8-1) contra el Rot-Weiß Lüdenscheid y el 3-2 de la jornada 33. El Bayer 04 estaba a punto de alcanzar su gran meta. Sobre todo después de la gran victoria por 4-1 en casa del Alemannia Aachen.

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A cuatro días del final de temporada les faltaba, a pesar de la mejor diferencia de goles, un punto para poder celebrar el ascenso. Este punto llegaría el 13 de mayo de 1979 en el Haberland-Stadion contra el segundo de la tabla, el Bayer Uerdingen. Mientras tanto ya se estaba preparando la fiesta para celebrar el ascenso. Solo a una persona no le gustó nada eso...

Ralph Elsen