Leverkusen tras las 23 CEST del 18 de mayo del 1988 - una ciudad en estado absoluto de frenesí y alegría: el pequeño y hasta ahora desconocido Bayer 04 tuvo una entrada en el gran escenario del fútbol y derrotó al Espanyol después de una memorable segunda final decidida en penaltis proclamándose así como ganador de la Copa de la UEFA. Incluso 30 años después de su producción, el largometraje no ha perdido nada de su drama y emoción.
Parecía que todo ya se había escrito en piedra después de ese 3-0 en la primera final en Barcelona - un resultado aplastante. Y sin embargo esa noche de 18 de mayo del 1988, fue un día soleado y suave, donde la esperanza y la promesa aún no habían desaparecido en Leverkusen. El estado de ánimo ansioso y contagioso parecía lleno de expectativas, casi como en una fiesta de verano en la que todo el mundo espera los fuegos artificiales. El público agitaba banderas solemnemente entre los cuales los 18.000 Bayer 04 seguidores de los 22.000 en el, aun en construcción, estadio Haberland - la tribuna oeste todavía en construcción, donde se habían creado sobre la marcha unos cientos de asientos, ocupados por miembros del club y periodistas. Estos hinchas causaron sensación con canciones alegres. "Olé, Olé, Olé, Olé, somos los campeones", "Sí, la Copa tiene que ser nuestra, la copa debe ser nuestra" o la nueva versión de “cuatro tienen, cuatro tienen que ser" transformada en "Uno más, aun entra uno más...".
Los jugadores españoles, con al menos 4.000 seguidores con ellos, no parecían particularmente impresionados o irritados por este ambiente. Manolo el del Bombo, el percusionista de la selección española y también acompañante del Espanyol, bajó al césped y besó la Copa. Y ahí quedó eso de “se mira y pero no se toca". Un gesto que tenía que simbolizar un “De todos modos, esto ya lo tenemos en el bote”. 45 minutos después del inicio, el marcador no minó confianza de los invitados, sino que aumento su fuerza y convicción nuevamente; 0 - 0 en el descanso, ¿quépodría salir mal aquí?
Entre los jugadores del Bayer 04, después de la primera mitad, despertó el sentimiento de decepción. El equipo de Erich Ribbeck podía contar nuevamente con Christian Schreier, el "Sr. Europacup" del Werkself que fue curado por el masajista Dieter Trzolek justo a tiempo para el partido, después de unas semanas de lesión y sin ningún entrenamiento completo. Herbert Waas y Klaus Täuber, que inicialmente permanecieron fuera, debido a que nadie los hubiera tenido en cuenta, hervían de rábia. Florian Hinterberger también se sintió muy decepcionado, sentado en el banquillo: Ribbeck lo había sacado del once inicial poco antes del inicio, ya que el Espanyol, en lugar de nominar un extremo como planeado, había encontrado en Losada y Pichi Alonso dos clásicos extremos. Por ello, Erich Seckler ocupó el puesto de segundo defensa centro junto con Alois Reinhardt.
Aproximadamente 300 millones de aficionados al fútbol de 20 países, de ellos 16 millones de Alemania, correspondió a unos índices de audiencia del 46% como en un partido entre selecciones en la Copa del Mundo. Todos estos espectadores vieron a un equipo español que salió al campo dispuesto a controlar el partido. El concepto de Bayer 04 para construir presión en las bandas para ocasionar jugadas de gol y marcar así dos tantos antes del descanso, no funcionó. Y los del Leverkusen tenían que liderar sí o sí. Tita, que después del análisis del video del partido de ida había descubierto que el portero del Barcelona M’Kono solía dejar la pelota libre durante bastante tiempo después de una jugada y por eso se mantuvo constantemente al acecho alrededor de él, le robó la pelota al portero camerunés de las manos y la chutó a la portería (32’) – pero el árbitro Jan Keizer anuló el tanto. Después del partido, el árbitro admitió en una entrevista: "Eso fue un error”. De eso los anfitriones no sacaron nada. El Bayer 04 había tenido el 90% de posesión en la primera mitad, pero se dieron una y otra vez con un canto en los dientes contra la múltiple defensa del equipo visitante.
En el medio tiempo, nuestra euforia inicial había dado paso a una clara desolación. “Todo había estado muy tranquilo en el vestuario ", dice el portero Rüdiger Vollborn. Después del cambio, Herbert Waas entró al lado derecho en lugar de Christian Schreier, quien había tenido una baja prolongada, y que debía lograr un nuevo impulso en la plantilla. El hombre a quien Erich Ribbeck había acusado públicamente unos días antes de no rendir lo suficiente teniendo en cuenta su sueldo. Waas estaba furioso y convirtió esa rábia en puro poder. "Dios mío, como juega Herbert Waas a fútbol, no he visto tanto rendimiento de un delantero en toda la temporada" dijo entrenador Udo Lattek, que falleció hace tres años, viendo el partido como invitado en la tribuna. "Cuando entré, todo fue realmente bien para mí desde el principio. Era para todos nosotros, el partido de nuestras vidas", dice Waas. El suyo lo fue seguro.
Cuando Waas escapó de su oponente por cuarta o quinta vez en el minuto 57 y cabeceó hacia adentro, Tita giró y golpeó el balón. Finalmente había llegado el 1-0, la tan esperada ventaja. El brasileño se mete en la portería, inmediatamente abraza la pelota, corre hacia la línea central y lo pone en el medio. ¡No hay que perder el tiempo, hay que continuar! Cinco minutos más tarde sacó Ribbeck a Tita del campo y trajo por él a Klaus Täuber. No solo el goleador no entendió el cambio, tampoco la gente en las gradas, ni el comentarista de televisión de ZDF, Peter Ploog, que en su reportaje en vivo exclama: "¿Por Tita? Oh, no lo entiendo ". Ribbeck explicó la decisión después del juego: "Tita había sido golpeado previamente por un español en la cara. Sé cuanto carácter tiene y quería evitar que se dejara llevar a una falta y que terminara viendo la tarjeta roja".
Klaus Täuber coje ya en su primer toque del balón el toro por los cuernos y esquiva al español por la izquierda de la bandera, cruza la pelota con fuerza al centro, donde Falko Götz se lanza a ras del césped como un torpedo y tira la pelota con la frente por debajo del travesaño. 2 - 0 (63’) - ahora no hay vuelta atrás en el estadio; el oponente parece de repente extremadamente sacudido e inseguro y todos lo notan. En el minuto 81, llega la explosión en la arena, cuando Bum-kun Cha, presiona un tiro libre de Buncol de cabeza en la esquina derecha. Ahora la noche, que comenzó de forma relajada como una alegre fiesta de verano, tiene su clímax espectacular.
Después de la prórroga sin goles, el camino conduce a la Copa por penales. Esto tendrá lugar frente a tribuna sur con los hinchas de Bayer 04. Incluso los representantes de los medios han dejado hace ya tiempo sus asientos: quien tenga un micrófono, una cámara o un bloc de notas y no tiene que trabajar necesariamente con el teléfono en la tribuna improvisada, está en el campo para contar de primera mano desde el lugar de la decisión. Serán las imágenes de televisión y los reportajes más conmovedores y emocionantes que probablemente hayan sido ocasinados por un partido de la Copa de la UEFA.
Tras tres penaltis, el Bayer 04 va perdiendo 0 - 2. Mientras Alonso y Job se marcan, falla el primero, y supuestamente más seguro, el tirador de Leverkusen Ralf Falkenmayer ante N'Kono. Luego acorta el marcador al capitán Wolfgang Rolff. Le llega el turno a Urkiaga, irritado, probablemente por lo mucho que se movía Vollborn en la línea, tira y golpea la barra. Mientras Herbert Waas llega y ciertamente marca por la zurda el 2-2, el co-entrenador Gerd Kentschke agarra a su arquero y le dice a Vollborn: "¡Dispara cada pelota al centro, solo quédate ahí!" Ahora es el turno de Zuniga, Vollborn vuelve a hacer los mismos movimientos de molinillo, se queda en el centro, para el balón con las piernas y cae rugiendo con el puño en alto sobre sus rodillas.
Klaus Täuber es el siguiente en chutar y tira fuerte hacia la derecha. 3 - 2, Christian Schreier en la línea centro toma a Erich Ribbeck en sus brazos, Falko Götz se encuentra de espaldas a puerta, Erick Seckler ya no puede mirar, mantiene sus manos frente a su cara y se agacha en cuclillas. ¡Ahora los españoles deben marcar, sí o sí! Losada agarra la pelota, el hombre que marcó dos goles en la primera ronda. Losada coge carrerilla, Vollborn mueve los brazos cual molinillo, la pelota se precipita sobre la barra en la oscuridad del cielo nocturno y todo el campo explota.
El júbilo se intensifica de la manera más maravillosa y alegre que se pueda imaginar. Tita se envuelve en una bandera brasileña, mientras que de prisa se establece un podio. Erich Ribbeck llora incontrolado sobre el pecho de Gerd Kentschke, las cámaras transportan sus lágrimas de felicidad directamente a todas las salas de estar. Un-Mi, la esposa de Bum-kun Cha, sostiene una pancarta con caracteres coreanos. ¿Qué significa? "¡Terminemoslos a todos!!", dice y se ríe. Erich Seckler, que estuvo en el banquillo del Bayer durante años y que solo se unió al equipo gracias a la Copa de la UEFA, trepa por la valla y baila con los entusiastas seguidores que le arrancan la camiseta. Él sabe cómo se sienten los hinchas en las filas, después de todo él es uno de ellos.
Algunos sabios optimistas habían reservado previamente la pista de hielo frente al estadio para esa noche. Ahí, el triunfo se celebra hasta por la mañana, mientras que todo el tiempo se oye el retrueno de los coches por toda la ciudad. El Leverkusen nunca ha experimentado una noche como esa, que no fuera del carnaval. En algún momento, son las tres de la mañana , Erich Ribbeck exige en voz alta un cucharón. Gerd Kentschke se encuentra a su lado sonriendo: "Ahora se supone que Erich consumirá lo que nos ha traído aquí". Así, el champán se consume con el cucharón de la Copa de la UEFA. "Voy a celebrarlo y a beber, pero no me emborracharé. Quiero sentir cada minuto de mi felicidad con plena conciencia ", dice Ribbeck. Esa borrachera del 18 de mayo del 1988 no conoció resaca.
La estadística:
Bayer 04: Vollborn – Rolff – Seckler, A. Reinhardt – Schreier (46' Waas), Cha, Buncol, Falkenmayer, K. Reinhardt – Götz, Tita (62'Täuber)
Espanyol Barcelona: N'Kono – Miguel Angel – Job, Gallard, Urkiaga – Orejuela (67' Zubillaga), Inaki, Golobart (73' Zuniga), Soler – Alonso, Losada
Goles: 1-0 Tita (58'), 2-0 Götz (63'), 3-0 Cha (81')
Penaltis: Rolff, Waas y Täuber anotan para el Bayer 04, Alonso y Job para el Espanyol
Árbitro: Keizer (Holanda)
Tarejtas amarillas: A. Reinhardt, K. Reinhardt – Miguel Angel, Zubillaga
Espectadores: 22.000
Aquí está el informe de televisión de la segunda ronda de la FInal contra el Barcelona: