Kerem Demir­bay: el comie­nzo de una nueva etapa

Los rivales temen a sus ideas creativas. Su táctica de juego es un arma letal, sus pases abren la defensa con mucha precisión. Proveniente del Hoffenheim, Kerem Demirbay se convirtió en la transferencia bomba del Werkself este verano. El centrocampista de 26 años es un hombre con metas claras y una gran mentalidad, dentro y fuera del campo. El jugador está muy feliz de tener un equilibrio perfecto entre ambición deportiva y sentimientos personales en Leverkusen.

Melina Demirbay regresó a sus raíces. El nuevo fichaje del Bayer 04, Kerem Demirbay, llevó a su esposa y a su hijo Minel, de 17 meses, a una sesión de fotos. Melina vivió la mayor parte de su infancia y adolescencia aquí, en la colonia III en una vivienda en Manfort construida por Bayer AG a mediados de la década de 1920, debido al aumento masivo de empleados y llamada 'Johanna' por la esposa de Carl Duisberg. "Tenía cuatro años cuando mis padres se mudaron aquí y éstos se convirtieron en otros once", dijo. Después, la familia se mudó a Langenfeld, pero sus progenitores viven de nuevo en Leverkusen, cerca del BayArena.

Cuando tocamos la puerta de la antigua casa de la familia, se asomó una linda pareja de ancianos. "Hola Melina, me da gusto verte, ¿cómo estás?". Esta vez Kerem, al lado de su esposa, no fue el centro de atención. "Vivían frente a nosotros y luego se mudaron a nuestra casa", dijo Melina tras saludar a sus antiguos vecinos. Mientras papá Kerem lidia con su hijo para colaborar con el fotógrafo, la chica de 27 años explica: "siempre solía jugar con mi padre y mi hermano allí". Dean, su hermano tres años menor, es un fanático del Werkself desde la infancia. En cambio, Melina se enfocó en convertirse en una vendedora en Leverkusen, pues en su juventud no le interesaba el fútbol y prefería animar con los Wildcats del TSV Bayer 04.

"Es agradable aquí", dijo Kerem. "Conozco su escuela y algunos otros lugares en Leverkusen, pero mi esposa nunca me había mostrado este sitio". Melina, como Kerem, a quien conoció en Düsseldorf en 2016 y que aún vive allí, habla turco y alemán con Minel, que se desenvuelve como bilingüe en su núcleo familiar. "Minel viene del persa y significa 'perla del cielo'. Lo encontramos en un libro de nombres en nuestras vacaciones en París y pensamos que era hermoso, supimos de inmediato que así se llamaría nuestro hijo", dijo el orgulloso padre. La entrevista con Kerem Demirbay se enfoca en asuntos deportivos y valores primordiales para el jugador de 26 años, tales como la responsabilidad, el respeto y el espíritu de equipo.

Además de todos los aspectos deportivos de su transferencia al Werkself, Kerem tiene otras ventajas. La familia de su esposa vive en Leverkusen y ahora está más cerca de su ciudad natal: Gelsenkirchen. Suena como si hubieras ganado el premio mayor...

Demirbay: “Sí, es casi una locura que tengamos todo aquí. No podría ser mejor”.

¿Los intereses personales juegan un papel importante en la toma de decisiones para firmar un contrato?

Demirbay: “Creo que depende de la persona. Hay jugadores con otras prioridades, pero todos, en algún punto, deben decidirse. Yo no tuve dudas al respecto, ya que mi familia es lo más importante. El Bayer me ofreció la oportunidad de desenvolverme y rápidamente tuve claro que quería mudarme aquí. Estoy muy agradecido de hacer lo que amo y, sobre todo, de hacerlo en Leverkusen. Como mis suegros viven aquí, a veces voy directo a entrenar después del desayuno o el almuerzo. Todos los días agradezco que haya sucedido de esta manera. El club me valora mucho, tengo excelentes compañeros y estamos jugando la Champions League, tenemos una calidad excepcional en nuestro equipo. Además de eso, estoy cerca de las personas más importantes en mi vida. No podría pedir nada más”.

¿Cuándo descubriste que tenías las habilidades para convertirte en futbolista profesional?

Demirbay: “A los 13 o 14 años entendí que era realmente bueno y que lo hacía mejor que muchos otros”.

Jugaste para los juveniles Schalke y Dortmund. ¿No reconocieron tu talento?

Demirbay: “Jugué en equipos juveniles en el Schalke durante ocho años y soñé que año con año daba un paso necesario para convertirme en jugador profesional, pero aprendí a no perder de vista mi objetivo. Luego estuve en Dortmund durante una temporada y tres en Wattenscheid. Si miro hacia atrás, fueron tres años muy importantes para mí, porque no sólo me crecí como jugador, sino también como persona independiente.

¿De qué forma?

Demirbay: Fui a Wattenscheid cuando tenía 15 años. Al principio insistí en ganar dinero para poder pagar mi boleto de tren e ir a entrenar, pero después tuve una mejor idea y le dije a los directivos que sólo firmaría si me daban una bicicleta. Durante 18 meses pedaleé 12,3 kilómetros diarios, desde Gelsenkirchen-Buer hasta el campo de entrenamiento y de regreso.

Regresaste al Borussia Dortmund cuando tenías 18 años.

Demirbay: Y me ofrecieron un contrato de tres años. Jürgen Klopp era el entrenador en ese momento. Recuerdo cuando me llamó a la sala para conversar y me dijo: 'te queremos'. Con la fuerza mental que tengo hoy, me habría quedado allí y habría tratado de abrirme paso, pero fue demasiado para mí. No me había desarrollado lo suficiente para seguir el ritmo de la competencia, así que me mudé a Hamburgo y el resto es historia.

En HSV, saliste como préstamo a Kaiserslautern y Düsseldorf en la segunda división, antes de pasar los últimos tres años en Hoffenheim convirtiéndote en internacional.

Demirbay: Realmente encontré mis camino como jugador profesional en Hoffenheim, donde progresé a pesar de que me había ido muy bien el año anterior en Düsseldorf. Contribuí a que Fortuna se mantuviera en la segunda división con once goles y muchas asistencias.

¿Tuviste algún ídolo cuando eras adolescente?

Demirbay: Nunca tuve uno, tal vez suene un poco extraño, pero para ser honesto, no pienso mucho en eso. Si pienso en Ronaldo o Messi, los mejores jugadores del mundo, no puedo imaginar que tuvieran modelos a seguir y así es como quiero hacerlo. Creo que sólo querían ser mejores. Lo veo de la misma forma: en mi carrera trato de alcanzar el máximo en cuanto a rendimiento y éxito.

¿Qué entrenador influyó en tu vida y te ayudó a progresar?

Demirbay: Primero, está David Wagner, el actual entrenador del Schalke, a quien quiero mucho personalmente. Jugué bajo su mando un año en Dortmund, en las reservas del BVB en tercera división. Era mi primera temporada con la mayor y di un paso adelante en mi desarrollo, tanto en el fútbol como de niño a hombre. En segundo lugar, definitivamente tengo que mencionar a Julian Nagelsmann. Tengo mucho que agradecerle, por creer en mí.

Tienes mucha confianza y dices: “vine al Bayer 04 para guiar al equipo y superarme, incluso si a veces es difícil. ¿Ese aspecto es parte de tu naturaleza?

Demirbay: Así son las cosas. Soy una persona a la que siempre le gusta decir lo que piensa y siempre hace lo que quiere. Todos son responsables de sí mismos y estoy feliz de ser mi propio jefe. Algunas cosas las digo de manera clara y directa, incluso fuera del campo. Creo que es importante decir honestamente lo que pienso o siento.

Lo hiciste después del partido en Düsseldorf, cuando te quejaste de que los fanáticos de intentaron o te arrojaron cosas en la cancha.

Demirbay: Tengo que explicarlo, porque creo que no está claro. No puedes tener futbol sin fanáticos, pero tampoco sin jugadores o entrenadores. Al final, todo se trata de respeto mutuo. Pero ese respeto no sólo puede ser de los jugadores a los fans, sino que debe ser recíproco. Somos figuras públicas, pero eso no significa que tengamos que tolerar todas las opiniones, insultos y acusaciones. Si salgo después de perder un juego y no tengo ganas de reír o tomarme una foto con los hinchas porque no quiero, entonces no tiene por qué verse mal. Aunque son cosas pequeñas, son muy importantes para mí. Es una cuestión de principios: respeto en ambas direcciones.

Eso aplica con el anonimato en internet, los comentarios y reacciones en redes sociales.

Demirbay: Por eso no me involucro allí. No es mi estilo.

¿Qué significa para ti ser responsable en el campo?

Demirbay: No es sólo dar lo mejor de mí en cada juego. Se trata de que mis compañeros sepan que pueden confiar en mí en cualquier situación, incluso cuando algo se ponga difícil. No soy alguien que huye, le echaré una mano a mi compañero y le diré: '¡Vamos, estamos juntos en esto!' De eso se trata, sólo así podremos tener éxito. Eso es lo que hace un verdadero equipo

Dijiste que preferías hacer dos asistencias, que marcar un gol tú mismo.

Demirbay: Habrá algunos jugadores que prefieran anotar ellos mismos, pero yo tengo una visión más práctica: hay dos goles que he registrado, pero sólo uno me ha marcado. El club está mejor con dos goles, pero el equipo está por encima de todo: si tiene éxito, ¡tú también!

En la pretemporada, Peter Bosz dijo que tendrías que esperar y ver dónde podrías ayudar mejor al equipo, ya sea como mediocampista o a en el ataque.

Demirbay: Tengo mucha comunicación con el entrenador. Mi posición seguirá en el aire, a veces jugaré como el único mediocampista de retención, como un ocho o 10 con Kai a mi lado o conmigo retrasado. Nuestro entrenador sabe que puedo hacer los tres trabajos.

¿Qué te parece el estilo de juego?

Demirbay: La filosofía del club y del cuerpo técnico es de clase mundial. Me gusta la forma de pensar de Peter Bosz sobre el fútbol y cómo nos hace jugar: audaz en el ataque, rápido y agresivo en defensa. El entrenador fue otro factor importante en mi inclinación por el Bayer 04. Creo que me ayudará a mejorar.

¿Cuál es el cambio más grande para ti viniendo de Hoffenheim a Leverkusen en términos futbolísticos?

Demirbay: En Hoffenheim, pude desenvolverme en todo el campo y adaptarme a cada situación. Podía recibir ocho, nueve o 10 toques de la pelota; perder uno, dar un pase, recuperar el balón, volver a regatear, separarme y disminuir la velocidad. Ahora es un enfoque de juego diferente. Somos un equipo de posesión y muchos oponentes se irán contra nosotros. Hay que ajustar pequeñas cosas y tener poco contacto con la pelota. Eso significa: recibir, pasar, recibir, pasar. Dar pases firmes a los pies sin pelota, para poder jugar más rápido; brindar opciones, moverse mucho y tener buena visión en el campo. Si podemos hacer que el rival se mueva, entonces hay espacio donde podemos explotar el talento de todos. Todavía me tengo que adaptar, pero lo haré bien. Todo está en la mente, se trata de reaccionar rápidamente.

¿Tu fuerza y ​​precisión son el resultado de un trabajo especial en el entrenamiento o lo llevas en la sangre?

Demirbay: Es una mezcla de ambos, pero la mayoría se debe a la naturaleza. Lo tienes o no. Hay muchos factores para anotar en jugadas prefabricadas, incluyendo la forma en que se conecta, el tiempo y la potencia. Para explotar ese talento tienes que seguir aprendiendo y entrenando. Yo lo hago mucho. No sólo hago tiros libres desde el centro, sino también desde el costado y las esquinas. Siempre quiero mejorar. Se trata de practicar y reajustar: si lo haces, no empeorarás.

Cuando te preguntan sobre de su mejor amigo en el club, dices: ¡el equipo! Esa es una respuesta bastante inusual...

Demirbay: Así son las cosas, de hecho me llevo bien con todos. Si aceptas la responsabilidad y quieres ser parte del equipo eso es muy importante. No es sólo una transferencia e instalarse en un lugar nuevo. Se trata de seguir adelante con cada compañero y tratarlo con respeto. Eso no quiere decir que debas ser el mejor amigo de todos, para nada, pero tiene que haber armonía en el club. No debe entenderse mal, no estamos en el jardín de niños, todos somos hombres. Esto significa hablar cuando algo no está bien. De hecho, espero que todos sean muy claros y digan: 'Hey Kerem, ese es el tercer tiro que pones en el poste'. Un equipo verdadero se asegura en dejar claro que las personas no están molestas entre sí. Es respeto mutuo. Volviendo a la pregunta, me llevo bien con todos y aún mejor con una o dos personas.

En tu primera conferencia de prensa en Leverkusen, poco después de tu llegada, dijiste que sentías que ya habías estado aquí por varios años.

Demirbay: Con la directiva del Bayer 04 sentí desde el principio que me querían y que iba a ser una parte muy importante de este equipo. Cuando fui al vestuario por primera vez, la convivencia con mis compañeros fue crucial. Por supuesto, conocía una o dos caras, pero todos fueron muy acogedores y me aceptaron rápidamente. Si vas a un lugar nuevo, tienes que estar tranquilo y atento para saber cómo funcionan las cosas, pero me sentí como en casa desde el primer momento. Lars se acercó y me habló, luego Sven vino, y luego Lukas y Kevin y demás, me dijeron: '¡hola, nos da mucho gusto que estés aquí! Quedémonos aquí y veamos qué sucede. Creo que le he dado al equipo una sensación similar. El enfoque honesto aquí es sobresaliente.

Te gusta enfatizar lo importante que es para ti la diversión en el campo.

Demirbay: Es cierto, aunque debes definir qué es “diversión”. Puedo divertirme pateando la pelota sobre la tribuna, pero también puedo divertirme si un compañero pierde el balón y tiene un mal día, yo puedo llenar el vacío corriendo aún más para él. Así todos piensan: "Él está dando todo hoy y está de mi lado". Me divierto jugando bien y si ese no es el caso, entonces me divierto probando y utilizando todos los medios para llegar al éxito. Me divierto superando los obstáculos y desafíos o a los mejores rivales que se interponen en mi camino.

Mirando al pasado, ¿cuál ha sido la faceta más difícil en tu carrera profesional hasta ahora?

Demirbay: Hamburgo, claramente. En los dos años allí nunca recibí confianza, aunque siempre supe de lo que era capaz, jamás me dije a mí mismo: 'no lo lograrás'. Nunca he dudado de mí mismo en mi vida. Pero esa fase en HSV simplemente no fue buena para mí, porque no tuve la oportunidad de mostrar lo que podía hacer en la Bundesliga.

Te describes como alguien serio.

Demirbay: No es el caso, no puedes divertirte conmigo en privado. Quizás tenga que ver con algunas cosas que he visto y experimentado, que me han llevado a tomar distancia de ciertas personas. Por otro lado, hay un círculo de personas donde puedo ser absolutamente yo mismo, donde puedo reír y hacer bromas. En general, sólo me abro a pocas personas. Para algunos parezco muy serio e incluso un poco severo. No soy un libro abierto para extraños. En cambio, estoy allí para mi familia y las personas que me valoran y aman.

Entrevista de Ralph Elsen