Dentro del Imperio de los Leones de Plata
A menudo se les llama generación de oro, plata, tercera edad o veteranos. Nos referimos a los mayores de 50, 55 o 60 años. En Bayer 04 se les llama Leones de Plata. Son seguidores del Werkself, quienes también apoyan al equipo en partidos fuera de casa.
Voy a ser honesto: Cuando oí las palabras “Leones Plateados” y “Caminando con el Fútbol” por primera vez en combinación, me sonó tan tentador como las tardes en Kanater con mi tía Edeltraud con sus amigas tomando café. Sonaba como a cosas de la vieja usanza.
Una comparación bastante precipitada y que no duró mucho tiempo. Cuando me enteré de que el límite de edad de ingreso para los aficionados “experimentados” es de 55 años, me tuve que centrar y ver lo que sucedia. Quedan unos pocos años para que pueda acceder satisfactoriamente y cumplir con el requisito de admisión. Al mismo tiempo pensé que me encontraba en la “mejor edad” ya que el marketin muchas veces nos transmite ese tipo de valores.
De todos modos, este conocimiento cambió mi perspectiva y la forma de ver. ¿Leones de Plata? ¿Caminando con el Fútbol? ¡La verdad es que suena muy interante! Se puede echar un vistazo desde más cerca. El programa que el Bayer 04 ofrece para su nueva clientele se puede leerlo bien en el papel. En los partidos fuera de casa se incluyen programas culturales, además de guías para visitar la ciudad y tours por las cervecerias. Tuve la oportunidad de acompañar a los Leones de Plata a una excursión de dos días a Wolfsburgo.
El viernes por la mañana comenzamos nuestro viaje con el ex entrenador del Bayer en un autobús de primera clase. Con asientos confortables para suficiente espacio para las piernas, una gran nevera integrada de bebidas frías... En el asiento delantero solían sentar los ex entrenadores del Bayer 04. ¿Bruno Labbadia?, ¿Jupp Heynckes?, ¿Robin Dutt?, ¿Sami Hyypiä? La respuesta de Joachim, el conductor del autobús, no fue afirmativa. Normalmente Joachim suele acompañar al equipo femenino del Bayer 04, al Sub 19 o a los Leones de Plata en sus traslados.
Hoy a bordo se encuentran 22 hombres y mujeres de edad avanzada y Marc Jansen y Florian Wolfrum como supervisores del Club de Bayer 04. Ambos han estado supervisando desde agosto del 2017 a los Leones de Plata y a los Futbolistas Caminantes. Dos iniciativas del Bayer 04 que podrían convertirse en éxito a corto plazo. La idea es prometedora y atractiva, ya que más de 150 participantes asistieron a los eventos en el primer semestre.
El 2 de agosto de 2017, se realizó el primer entrenamiento en el campo de césped artificial de la instalación de Kurt Rieß. Mientras tanto, el entrenador Florian Wolfrum tiene una plantilla de 30 personas. “Pronto formaremos un segundo equipo” nos afirma. Bayer 04 es solo el séptimo de los 36 clubes en las dos primeras ligas en ofrecer un club de veteranos para sus seguidores. “Queremos abordar el tema y tener las infraestructuras para ampliar la idea del proyecto” explica Jansen, miembro del equipo del Bayer 04.
Por otro lado, Marc Jansen aprovechará el viaje a Wolsburgo para charlar de fútbol con Roland Wolff, un viejo amigo del Wolfsburgo. Jansen y Wolff quieren presentar sus experiencias del proyecto mediante una reunión en Friburgo y poder publicitarlo. “Esperamos que más y más clubes se unan a la iniciativa, porque necesitamos oponentes” dice Jansen. “En unos años, habrá una competición de liga y podremos competir en una competición, estoy convencido”.
En Inglaterra ya está en marcha una iniciativa parecida. El impulsor es Chesterfield, que jugó el primer partido en 2011. Desde entonces, se han establecido más de 1000 clubes de fútbol de veteranos en todo el Reino Unido. Hace dos años ni siquiera llegaban a la mitad de participantes. También en los Países Bajos, la competición para gente de avanzada edad goza de popularidad e interés. Si esto no fuera poco, la Unión Europea está tan entusiasmada con el proyecto que muestra su apoyo a través del proyecto, “European Football for Development Network”, (Red Europea de Futbol para el Desarrollo) de lo cual Bayer 04 es miembro.
Después de cinco horas de viaje en autobús (incluido un atasco de tráfico de una hora) llegamos a nuestro hotel en Wolsburgo. La ubicación central entre la estación principal y la autopista, no es tan agradable pero facilita el acceso a la carretera. Desde aquí todo se encuentra a muy poca distancia: el centro de la ciudad, el Volkswagen Arena y el restaurante italiano, donde queremos encontrarnos a la noche con nuestros oponentes del Club Wolves +55. Cuando nos retiramos, un viento frío sopla alrededor de nuestras orejas y nos quedamos congelados. Cruzamos la calle Porschestraße y en unos minutos llegamos al restaurante italiano. Los lobos nos esperaban en largas filas de mesa. Los colores verde y blanco es la combinación de colores dominante en la sala, pero ahora con nuestra presencia el rojo también toma su posición. En una imagen hermosa y perfecta para enmarcar, las charlas y risas no faltan en la cena de los integrantes de los dos equipos. Entre tanto se escucha algún chiste que otro sobre quién de los dos ganará el partido de mañana. Se discute apasionadamente y entre risas. Muchos de los que cenan han sido leales a su club por décadas. Las personas mayores de 55 años han vivido mucho y hay muchas historias que contar y conversar sobre todas las temas.
Annemarie Lindemann y Helga Kunz aprovechan para mostrar sus fotos de los teléfonos móviles. Annemarie ha sido seguidora del Wolsburgo desde el 1997, exactamente desde el 2 de agosto de 1997, cuando Roy Präger marcó el gol para poner por delante 1-0 a los chicos del Wolfsburgo en Hansa Rostock en el último minuto. “Fue nuestro primer partido de la Bundesliga, nuestra primera victoria en la Bundesliga y nuestro primer gol en la Bundesliga”, recuerda la jugadora de 65 años. La historia de los seguidores Hega y Kunz va mucho más allá. Kunz pudo celebrar las victorias del 1975 y del 1979 muy de cerca. “Me permitieron ver los dos títulos del club y deseé a todos nuestros jóvenes seguidores que también puedan celebrar los próximos éxitos del Werkself”.
Por otro lado, Ron, Hajo, Helmut y Sebastian aprovechar para compartir sus anécdotas e historias del pasado. Se sientan en una mesa y discuten con los oponentes del Wolfsburgo sobre el partido de mañana. Los cuatro seguidores delBayer 04 se conocieron en la primera sesión de entrenamiento en agosto del año pasado, y desde entonces han estado en todas las convocatorias. "Primero tuve que buscar el término en Google", admite Hajo, "en el primer entrenamiento me resultó difícil seguir el ritmo pero con el tiempo he ido mejorando".
Ron, inspector jefe de policía, siempre intenta cambiar su turno para que no le coincide con la hora del entrenamiento los miércoles por la mañana. “Por supuesto que hubo algún que otro chiste sobre mi idea de jugar a fútbol. Dentro del círculo de conocidos algunos ni me creyeron que me hiciera miembro del equipo: ¿No vas en serio, verdad?. Si antes no era buen jugador, ahora tengo menos capacidad para mejorar. Intentar mantener el buen estado físico es lo más importante” dice Helmut, con 69 años de edad, es el más veterano del grupo. El ingeniero a día de hoy jubilado, jugó entre 1972 y 19778 en el equipo de aficionados del Bayer 04, Friedhelm Renno era entonces su entrenador. Hoy, Helmut conduce en coche los miércoles los 85 kilómetros desde su ciudad natal de Viersen a Leverkusen para acudir a los entrenamientos. Casi todos que acudieron al entrenamiento el agosto del año pasado, siguen en el equipo. En septiembre, el equipo del Bayer 04 jugó un torneo internacional en Arnhem logrando el segundo puesto. Fueron 21 equipos los que participaron en la competición, incluyendo Benfica, el Tottenham Hotspur, el Feyenoord de Rotterdam, el FC Fulham y el Schalke 04. “Fue una experiencia muy buena y lo pasamos genial. Al final logramos el segundo puesto”, dice Sebastián, de 57 años.
El sábado por la mañana realizaremos un breve viaje al museo de coches, para saber de la historia del automóvil con más de 130 años de antigüedad. El primer coche de Carl Benz en 1886, el primer Escarabajo de 1938, y una réplica de Atlántico Bugatti, supuestamente el coche más caro del mundo, de los cuales solo existen cuatro réplicas y uno de los cuales se vendió por 30 millones de dólares. Durante el recorrido, echamos un vistazo a una de las dos torres de vehículos de vidrio, de la cual se entregan 500 vehículos diariamente. “La visita al museo del automóvil fue para mí también una buena ocasión para unirme al viaje a Wolfsburgo”, dice Fitz Werner kern, de 69 años, que viaja por primera vez con el equipo. “Creo que es genial que el Bayer 04 no solo piense en sus jugadores del primer equipo, sino también en nosotros en gente de avanzada edad”.
En uno de los muchos restaurantes de las instalaciones, conocido por dar el mejor “currywurst” de todo Wolfsburgo, me encuentro con Klaus “Robert” Lembke, que presume con orgullo de su edad “+70” por lo que se puede apreciar en su camisa del Werkself. “Todavía puedo se miembro del equipo, y espero que esté muchos años más”, dice “Robert” entre risas. Esa es el buen ambiente que se percibe entre los miembros del Werkself, aunque no puedan jugar se sienten muy arraigados al equipo y a sus valores. En un momento dado, Sebastián me admite que usa podómetro en cada entrenamiento. Aunque la diversión es de gran importancia, no hay que olvidar tomar precauciones para evitar posibles imprevistos.
21.000 son los pasos que realiza Sebastián en la hora y media que dura el entrenamiento. “Eso es alrededor de 14 kilómetros” dice. Más de lo que muchos profesionales realizan durante un partido de la Bundesliga. Por supuesto, también hablamos de tácticas. “Generalmente jugamos con un 3-2-1, así que formamos como un triángulo”.
Frente al Soccerhalle, que está al lado del Volkswagen Arena, Uli Dost da la bienvenida a sus compañeros de equipo. El ex portavoz de prensa de Bayer 04 ha sido miembro de la compañía desde el principio. "Para los recién llegados, la asociación de fútbol es como conducir por la izquierda por primera vez", dice Uli. "Te acostumbras rápidamente si no cedes ante el impulso de esquivar hacia la derecha. Y al jugar a fútbol, solo tienes que frenar el ritmo y ser capaz de conocer tus límites ".
El juego se convierte en un asunto relativamente unilateral para los anfitriones. El partido de tres partes de 10 minutos, se juega sin cambiar el equipo. Los jugadores del Leverkusen no están acostumbrados a eso y pierden la frescura. El juego se ve muy apagado. Los lobos se manejan mejor sin cambios y lideran rápidamente el partido con un 3-0. "Nos complicamos la vida porque somos demasiado impacientes en el juego hacia adelante ", analizó el entrenador Florian Wolfrum en el primer descanso del tercero. "Tenemos que jugar mejor con el pie", dice Dirk Dreher. Sin embargo, con los goles de Robert, Helga y Thomas empataron el partido a 3-3. Aun así, los lobos metieron una quinta marcha y pusieron el marcador a 8-3.
El viaje de regreso es tan agradable como el de la ida. Mientras vamos para casa programamos un siguiente encuentro con el equipo para la próxima sesión de entrenamiento.
Como habíamos acordado, el miércoles me encuentro en el campo de entrenamiento con los integrantes del equipo. Somos 15 personas. Florian todavía está un poco molesto por la derrota del fin de semana en Wolfsburgo y quiere trabajar hoy en lo básico: pausar y pasar, pausar, pausar y pasar. “No pudimos hacer bien las cosas el sábado. El objetivo es jugar bien y ser efectivo, pero no fuimos capaces”.
Practicamos los ejercicios y jugamos con el balón, siempre bajo la atenta mirada del entrenador Florian. Para muchos que se animan a formar parte del grupo y jugar a fútbol que no nunca lo han practicado o hace mucho que lo dejaron, es como conducir por el lado izquierdo. Buena comparación. En los primeros cinco minutos tiendo a ir a la izquierda pero luego hago clic y me adapto al tráfico. Algún que otro movimiento deja en evidencia que mi estado físico sea óptima, aun así logro manejar el balón. Es evidente que sin la práctica es muy difícil llegar a controlar la situación y la pelota, hay que saber controlar los movimientos y ser ágil para poder controlar la situación. Lo perfecto sería jugar un “Tiki-Taka” pero sin correr, solo jugando con el balón mediante los pies.
Por supuesto, es obvio que esto no puede funcionar mediante con un solo toque de balón. En primer lugar, no somos Messis e Iniestas, en segundo lugar, el lanzamiento es mucho más difícil por falta de fuerza. Y si no disponemos de espacio es imposible hacer el “Tiki-Taka”. Cierto, en tercer lugar hay que decir que ya no tenemos 30 años. Así que lo intentamos lo imposible, pero disfrutando en el camino. Resulta muy agotado y sudo más de lo que pensaba. “Ya ves, no estamos jugando una pachanga”, mi compañera jugador Conni me sonríe. Después de una hora y media de entrenamiento, siento mis caderas doloridas. Después, vamos al restaurante Manforter Hof para comer con Ron y todos lo demás. Aquí nos sentamos, y dejamos que Wolfsburgo y los próximos partidos y viajes sean los temas de conversación. Y claro, ya no suena como encuentros de café y cosas de la vieja usanza.
Christian Jacobs
