Para conmemorar los “40 años de Bundesliga”, el Bayer 04 organizó una celebración el fin de semana del partido de local contra el Schalke del 10 al 12 de mayo. Muchos viejos conocidos se pudieron reencontrar para celebrar en el BayArena – el club invitó a los héroes del ascenso al igual que a los “Bayer 04-Allstars”, que fueron escogidos en una encuesta por los hinchas – y entre ellos se encontraba Christoph Daum. Nos hemos encontrado con el ex-entrenador del Leverkusen para viajar atrás en el tiempo en una entrevista para la revista Werks11...
Señor Daum, luego de la encuesta realizada por los fans, usted ha sido el entrenador con la mayor cantidad de votos. ¿Le llena esto de orgullo?
Daum: “Lo veo más que todo como un reconocimiento que destaca también a todos los jugadores que estuvieron conmigo de entrenador. Y no tengo palabras para describir lo agradecido que estoy con mis colegas del cuerpo técnico, Rolland Koch y Peter Hermann, al igual que todos los trabajadores que pusieron de su parte para ayudar al equipo a ser exitoso. Incluyo al personal del equipo médico como Tscholli (refiriendose al fisioterapeuta Dieter Trzolek), o a nuestros utileros Klaus Zöller y Harald Wohner. Podría nombrar a muchos más. Le doy gracias a los miembros de la junta directiva Reiner Calmund, Rudi Völler y Wolfgang Holzhäuser. Todos contribuímos para darle al club una nueva imagen. Y obviamente un agradecimiento para los fans, quienes con su apoyo le dieron a muchos jugadores ese impulso necesario en muchos momentos. Me acuerdo perfectamente que cuando decidí ir a Leverkusen me dijeron: ‘Tienes que estar claro de que en el Bayer 04 tendrás 34 partidos de visitante’. Pero eso cambió drásticamente durante mi paso por el equipo. Apareció una nueva escena de fans, se organizaron diversas coreografías antes de los partidos. Se fue desarrollando un sentido de pertenencia del que yo también intenté formar parte”.
¿Con que espectativas llegó usted cuando tomó el puesto de entrenador en 1996? ¿Y cual fue su primera impresión de la situación del club en aquel entonces?
Daum: “En ese entonces se me dijó lo siguiente: ‘El objetivo principal es que no tengamos nada que ver con el descenso’. Yo me quede pensando y me dije: ‘No voy a ir a un equipo cuya máxima ambición es no descender’. Mi deseo era volver a jugar en competiciones internacionales. Muchos habrán pensado: ‘ahh si, típico de Daum’. Pero yo hablaba enserio y les dije: ‘A partir de ahora las cosas van a cambiar, mi objetivo aquí es conseguir un puesto de competiciones internacionales’. Y bueno, nadie tenía nada que objetar. Mi objetivo también era ponerle presión al Dortmund y al Bayern para pelear por el campeonato y posicionarnos como uno de los mejores”.
Una vara sumamente alta luego de que el equipo casi descendiera en 1996...
Daum: “Lo de pertenecer a los mejores equipos de Alemania fue algo que obviamente no se logró al inicio de mi paso por el Leverkusen. Lo que sabía era que este club tenía todo el potencial para lograrlo. De todos los equipos en los que trabajé, el Bayer fue el mejor. ¿Por qué? Porque allí no se trató nunca de ‘¿Cuanto va a costar?’, lo primero que preguntaban era: ‘¿Que nos traerá esto?¿Como nos ayudará a ser exitosos?’. Cuando lograba justificar mis deseos, se me dio todo el apoyo. Lo principal siempre fue: ‘¿Que podemos hacer para mejorar y ser más profesionales?’. Nos impulsaba una pasión y una convicción que traté de contagiarle al resto. Desarrollamos un juego creativo, atractivo y exitoso – tanto a nivel nacional como internacional”.
Y en 1996 usted no se encontró con un equipo lleno de estrellas...
Daum: “Lo más importante fue armar un equipo con los jugadores que teníamos, un equipo unido, con un sentido de pertenencia, capaz de lograr cosas inimaginables. Necesitaba de un equipo hambriento, en el que cada uno esté ahí para respaldar al compañero. Tuve muchas conversaciones frente a frente con jugadores, hicimos muchas actividades de equipo. Y así crecimos como equipo. Lo que nos faltaba de calidad individual lo logramos compensar de gran manera con el buen trabajo en equipo. El Dortmund llegó como actual campeón para la primera jornada de la temporada 1996/97. Nuestra victoria 4-2 contra el Borussia fue el nacimiento de un equipo especial. Un equipo con jugadores como Hans-Peter Lehnhoff – su aporte fue de gran importancia para nosotros. O también Ulf Kirsten. No contabamos con ningún jugador de selecciones internacionales. ¿Sabe usted quién fue el próximo jugador nuestro en llegar a la selección?”
Tendría que pensarlo un poco más…
Daum: “No lo vas a adivinar – Jan Heintze fue el que recibió la próxima invitación a su selección – con 33 años volvió a jugar con Dinamarca. Luego fueron apareciendo otros llamados, para Christian Wörns y Ulf Kirsten por ejemplo. Hubo un tiempo en el que contabamos con 5 jugadores de la selección alemana. Y no dejemos de lado a la gran proyección de Emerson, ¡Lo contratamos como joven talento del Porto Allegre y luego llegó a ser capitán de la selección de Brasil! Un elogio para Norbert Ziegler, que vio a estos jugadores con los mismos ojos que yo y sabía exactamente que tipo de jugador encajaba en el esquema Bayer04-/Christoph-Daum. Cuando traímos a Emerson nadie lo conocía. Lo mismo podemos decir sobre Michael Ballack, que llegó como joven talento del Kaiserslautern y luego de su paso por el Leverkusen se convirtió en una de las máximas figuras del fútbol alemán”.
Dentro de los jugadores más experimentados estaba además de Lehnhoff y Heinze también Rüdiger Vollborn. Este último recuerda que en la pretemporada 1996/97 usted trabajó la condición del equipo de forma extrema. Todos los días 3 sesiones de entrenamiento en el programa. Y la corrida mañanera era de exactamente 32 minutos. Una vez el pregunto: “¿Por qué 32 y no simplemente 30 minutos?”. Usted le habrá respondido con una sonrisa: “Simplemente porque así lo digo yo”...
Daum: “Bueno empezando por Rüdiger Vollborn: Para nosotros el fue un golpe de suerte. Al principio yo lo tenía posicionado como numero 1, pero al final me decidí por Dirk Heinen. Pero le dije a Rüdiger: ‘Tu tarea es ponerle presión a Dirk, y al mismo tiempo apoyarle’. Este ambiente competitivo entre los porteros mantuvo a Rüdiger en forma. Entrenaba como loco. Por otro lado respaldó a Dirk sin condiciones. Esto ayudó a Dirk Heinen a jugar una temporada sensacional. Ahora sobre eso de los 32 minutos: En primer lugar se trata de un número cualquiera que no significa nada. Pero hay que prestar atención a que ritmo se corren esos 32 minutos para generar los procesos de acondicionamientos necesarios que el cuerpo hace para mejorar la condición física. Lo cual también ayuda a acelerar el proceso de regeneración de los jugadores entre partidos. Lo intenté con 20 minutos, luego con 35, y cada vez hicimos exámenes de sangre. Como resultado salió el número 32 como el tiempo de corrida óptimo. Justamente lo necesario, ni más ni menos.
Cuando le preguntamos a un fan del Werkself que imagen se les viene a la mente con el nombre Christoph Daum, muchos dicen: ¿Christoph Daum, el del traje azul?. ¿Que hay detrás de su extravagante atuendo?
Daum: “(Entre risas) Con ese traje llegué hasta la Tagesschau (noticiero alemán). Aquello causo muchas reacciones en los medios y seguramente por eso sigue siendo recordado hasta hoy. El contexto era el siguiente: Nuestro recién llegado patrocinante ‘avanza’ quería usar un partido para presentarse de forma especial. De eso salió la idea de que Ulf Kirsten saliera al campo con el cabello pintado de ‘azul avaza’. Cuando escuche sobre eso lo único que dije fue: ‘¿Han perdido la cabeza no? No puede ser verdad. Ulf, que de por si es el punto de referencia de los defensas rivales, va a salir con el pelo pintado de azul’. Me opuse rigurosamente y les pedí que pensaran otra idea. Un día después se me dijo: ‘Ok, entonces salgá usted el día del partido con un traje azul envez de su ropa deportiva habitual’. Estabamos a unos días del partido. El martes vino el sastre, hizo sus medidas y 24 horas después, el traje ya estaba listo. El miercoles me lo tuve que probar, hicieron unos cuantos ajustes. El jueves ya tenía el traje azul claro en mis manos. Lo primero que pensé fue: ‘Ok, no puedes aparecer de la nada con esto y sorprender al equipo’. Así que fui el viernes a donde el plantel y les mostré el atuendo en la charla previa al partido. No había ni entrado al cuarto y ya se escuchaban algunas risas de los jugadores a escondidas. Ellos habrán pensado: ‘¿Qué le picó al entrenador ahora?’. Yo solo les dije: ‘Cállense la boca, tengo que usar esta cosa el sábado y quería advertirles para que no se sorprendan’. Yo andaba ahí como un pudel azul bañado en agua. Pero al final fue un gusto hacerle ese favor al club y al patrocinador. Lo bueno fue: El traje fue vendido por una cadena de peluquería en una subasta para una buena causa, de la que salieron unos 40.000 D-Mark. Al final solo hubo beneficiados. Y para eso si puedo sacrificarme ante los medios. Fue una acción totalmente exitosa en cuanto a relaciones públicas. Y el partido en Dortmund también lo ganamos”.
144 partidos de Bundesliga como entrenador del Bayer, 76 victorias, 44 empates, 24 derrotas – en números se trata del mejor balance alguna vez conseguido por un entrenador del Leverkusen.
Daum: “Pero en esos números hay seguramente una derrota de más”.
¿Se refiere al 2-0 en Unterhaching al final de la temporada 1999/2000?¿Es para usted la derrota más dolorosa de sus 3 subcampeonatos con el Bayer?
Daum: “¡Sí! Seguramente por los errores que cometimos, ya desde antes del partido. Me acuerdo claramente que en esa semana muchos pensaban constantemente en la celebración del título. Se hablaron cosas como: ‘¿Que canción queremos poner para celebrar al Bayer?’. Traté en varias ocasiones de mantener al equipo enfocado. Era como estar solo en un bosque haciendo un llamado, pero ese no llegó”.
Hoy en día hay cosas que hubiera hecho de otra forma. Como hacer el viaje un día antes, a alguna parte fuera de Munich. De ninguna manera ir en un vehículo especial, de ninguna manera hospedarnos en el mismo hotel que las fans. Aquello parecía un trayecto a la celebración del título. Yo reconocí los riesgos de la situación, pero los subestimé y no me opuse con la suficiente fuerza. Tanto deportiva como mentalmente, el equipo se encontraba preparado para cualquier desafío – pero no pense en una cosa: En la posibilidad de encajar un gol en contra y estar en desventaja. Tendría que haber planificado más como reaccionar ante esa situación, tener en mente las acciones a tomar. Fue una situación muy extraña. Con un punto hubiese bastado. Que nos hayamos puesto en desventaja nosotros mismos causó una desmotivación extra”.
Y luego del partido también usted explotó en llanto...
Daum: “Por supuesto, lo de Unterchaching fue una decepción inmensa, después de eso necesité mucho tiempo para digerirlo. Luego del partido lloré como un cachorro. Mi intención era demostrar fortaleza, no quería demostrar mis emociones. Pero cuando vi a mi hijo Marcel en frente del vestuario mirandome con sus ojos tristes y me preguntó: ‘¿Papá, por qué es el fútbol tan injusto?’. Fue entonces cuando tomé a mi hijo por el brazo y ambos comenzamos a llorar. Fue un flechazo en el corazón. Con el trabajo y esfuerzo que pusimos todo el año – y justo antes de tocar la meta te tropiezas. Es muy duro. Pero también tenía otra cosa en mente: ‘Nos vamos a levantar, saldremos con más fuerza de esto’”.
¿En que lugar pondría usted los 4 años que pasó por el Bayer dentro de su larga y exitosa carrera como entrenador?
Daum: “En cuanto al trabajo de entrenador fue para mi el mejor tiempo que he tenido”
La entrevista fue llevada acabo por Christian Jacobs